El acero inoxidable es uno de los
materiales resistentes con lo que cuenta algunos electrodomésticos o
herramientas industriales. Cuenta con una película de cromo, el cual hace que
no se oxide ni pierda su brillo, pero si le das los cuidados adecuados te dará
protección por muchos años. En cambio, la integridad de la placa se puede dañar
debido a la suciedad y otros contaminantes, es por eso que se recomienda
limpiar el acero inoxidable con frecuencia usando productos de limpieza
seguros. Empleando detergentes suaves y con un poco de esfuerzo, harás que el
acero inoxidable brille por más años.
Lo primero que debes hacer es
quitar la mugre y la suciedad, retira los restos de comida, grasa y huellas
digitales de la superficie del artefacto o herramienta de trabajo. Con una
toalla y un detergente suave, como un detergente lavavajillas, servirán para la
limpieza inicial de los electrodomésticos de acero inoxidable. Usa solo unas
gotas de detergente para no dejar residuos de jabón mientras vas limpiando.
Si hay restos de comida pegados o
suciedad que es difícil de limpiar, puedes usar una esponja de nylon para poder
quitar la mugre que está impregnada. Así ya hayas hecho todo lo posible para
sacarlo, no debes usar lana de acero ni ningún otro material, que sean ‘anti-rayones’,
y es que si usas herramientas abrasivas dejará rayones en el acabado de acero
inoxidable, que solo podrás eliminar cuando contrates a un profesional.
Pule el artefacto; los limpiadores
para vidrio, aceite de oliva, aceite de limón y aceite para bebes sirven para
pulir el acero. Humedece un paño de microfibra con el producto elegido, con
solo un poco podrás pulir un área considerable, y dejarás limpio el aparato.
Ten en cuenta que debes pulir según la dirección del patrón del acabado.
Retira el exceso de producto mientras
pules; para ello usarás el lado seco del paño para pulir y limpiar cualquier
residuo de la solución que has usado para pulir. El objetivo es que la
superficie del electrodoméstico quedé seco al tacto. Si aún el aparato tiene
manchas después de haberlo pulido, lo mejor sería comprar un limpiador de acero
inoxidable profesional.
En cambio, para limpiar fregaderos
de acero inoxidable; no es lo mismo cuando se limpia un artefacto, para ellos
debes espolvorear dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el fregadero seco,
usa una esponja limpia y húmeda para frotar el bicarbonato en el cuenco del
lavabo. Realizando movimiento según el patrón del acabado. Tendrás la tentación
de usar productos químicos agresivos y esponjas ásperas para sacar las manchas
del fregadero, pero esto dañará tu fregadero.
También puedes echar vinagre en el
fregadero; el vinagre reaccionará con el bicarbonato de sodio y empezar hacer
espuma, esta te ayudará a quitar las manchas del acero inoxidable. Para que
afloje las machas esta combinación, solo debes dejar reposar por 10 minutos el
vinagre y el bicarbonato de sodio y ahora podrás limpiar. Con la ayuda de un
cepillo de dientes viejo, podrás limpiar el desagüe y otras ranuras del
lavadero.
Enjuaga el fregadero; enjuágalo con
agua y sécalo frotando con un trapo o una toalla, solo así debe quedar
brillante y limpio, listo para ser usado nuevamente. Puede protegerlo
utilizando una esterilla de plástico o de goma en la parte inferior del cuenco.
Como esto estarás ayudando a cuidar el fregadero de rayones, que se producen al
colocar platos y cubiertos dentro del lavadero. Si empiezas a usar las
esterillas, debes sacarla para limpiar el fregadero todas las semanas, porque
la comida y las manchas se acumulan debajo de la herramienta que has colocado
para proteger el fregadero.