miércoles, 15 de febrero de 2017




El acero inoxidable es uno de los materiales resistentes con lo que cuenta algunos electrodomésticos o herramientas industriales. Cuenta con una película de cromo, el cual hace que no se oxide ni pierda su brillo, pero si le das los cuidados adecuados te dará protección por muchos años. En cambio, la integridad de la placa se puede dañar debido a la suciedad y otros contaminantes, es por eso que se recomienda limpiar el acero inoxidable con frecuencia usando productos de limpieza seguros. Empleando detergentes suaves y con un poco de esfuerzo, harás que el acero inoxidable brille por más años. 

Lo primero que debes hacer es quitar la mugre y la suciedad, retira los restos de comida, grasa y huellas digitales de la superficie del artefacto o herramienta de trabajo. Con una toalla y un detergente suave, como un detergente lavavajillas, servirán para la limpieza inicial de los electrodomésticos de acero inoxidable. Usa solo unas gotas de detergente para no dejar residuos de jabón mientras vas limpiando. 

Si hay restos de comida pegados o suciedad que es difícil de limpiar, puedes usar una esponja de nylon para poder quitar la mugre que está impregnada. Así ya hayas hecho todo lo posible para sacarlo, no debes usar lana de acero ni ningún otro material, que sean ‘anti-rayones’, y es que si usas herramientas abrasivas dejará rayones en el acabado de acero inoxidable, que solo podrás eliminar cuando contrates a un profesional. 

Pule el artefacto; los limpiadores para vidrio, aceite de oliva, aceite de limón y aceite para bebes sirven para pulir el acero. Humedece un paño de microfibra con el producto elegido, con solo un poco podrás pulir un área considerable, y dejarás limpio el aparato. Ten en cuenta que debes pulir según la dirección del patrón del acabado. 

Retira el exceso de producto mientras pules; para ello usarás el lado seco del paño para pulir y limpiar cualquier residuo de la solución que has usado para pulir. El objetivo es que la superficie del electrodoméstico quedé seco al tacto. Si aún el aparato tiene manchas después de haberlo pulido, lo mejor sería comprar un limpiador de acero inoxidable profesional. 

En cambio, para limpiar fregaderos de acero inoxidable; no es lo mismo cuando se limpia un artefacto, para ellos debes espolvorear dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el fregadero seco, usa una esponja limpia y húmeda para frotar el bicarbonato en el cuenco del lavabo. Realizando movimiento según el patrón del acabado. Tendrás la tentación de usar productos químicos agresivos y esponjas ásperas para sacar las manchas del fregadero, pero esto dañará tu fregadero. 

También puedes echar vinagre en el fregadero; el vinagre reaccionará con el bicarbonato de sodio y empezar hacer espuma, esta te ayudará a quitar las manchas del acero inoxidable. Para que afloje las machas esta combinación, solo debes dejar reposar por 10 minutos el vinagre y el bicarbonato de sodio y ahora podrás limpiar. Con la ayuda de un cepillo de dientes viejo, podrás limpiar el desagüe y otras ranuras del lavadero. 

Enjuaga el fregadero; enjuágalo con agua y sécalo frotando con un trapo o una toalla, solo así debe quedar brillante y limpio, listo para ser usado nuevamente. Puede protegerlo utilizando una esterilla de plástico o de goma en la parte inferior del cuenco. Como esto estarás ayudando a cuidar el fregadero de rayones, que se producen al colocar platos y cubiertos dentro del lavadero. Si empiezas a usar las esterillas, debes sacarla para limpiar el fregadero todas las semanas, porque la comida y las manchas se acumulan debajo de la herramienta que has colocado para proteger el fregadero.
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