El reciclaje es un proceso por el cual recuperamos
total o parcialmente materia prima reutilizable de un producto ya elaborado.
Paquetes, plástico, cartones, envases desechables… comer,
vestirse o asearse son procesos que generan cada vez más kilos de basura. De
acuerdo a datos del INEI, San Juan de Lurigancho es uno de los distritos que más basura genera,
con 301 418 toneladas de desechos sólidos. Le sigue Cercado de Lima, Ate y San
Martin de Porres con 238 335, 212 864 y 208 966 toneladas respectivamente,
según estadísticas.
Solo el 2% de los residuos sólidos (metal o chatarra, plásticos, papel y vidrio, principalmente) que se generan en las viviendas del Perú se reciclan y son aprovechados por las industrias que lo demandan, según Renzo Gomero, representante de la asociación civil Recíclame.
Es así que el 4% de las
8,468 toneladas de basura que se producen a diario en Lima son recicladas. Otro
dato: el 96% de los distritos en Lima metropolitana (y el Callao) tiene
servicios de recojo de residuos sólidos, pero solo dos distritos (Surco y San
Borja) tienen plantas procesadoras de abono (Surco y San Borja).
Al respecto, 3 millones 800 mil toneladas van a los
botaderos, contaminando el ambiente. Más del 50% de los residuos que se recogen
en la ciudad no son reutilizados.
Según datos de la ONG Ciudad Saludable, el
55% de los residuos sólidos es materia orgánica, y el 29% termina siendo
aprovechables (papel, cartón, plástico), etc. Sin embargo, en muchísimos
casos, ese material aprovechable termina en el mar, contaminando. En Perú
solo hay 23 rellenos sanitarios reconocidos por Digesa.
Como vemos, Lima (y el país, en general), tienen un severo
déficit de acción y planificación al respecto.
En el 2017, 21 grandes empresas que operan en el país, de la
mano de Recíclame, compraron residuos sólidos por S/. 606 millones, de los
cuales S/. 432 millones fueron metal (chatarra), y los restantes S/. 174
millones lo hicieron el plástico, papel y vidrio.
Al respecto, de las 7 millones de toneladas, 3 millones 800
mil toneladas van a los botaderos, contaminando el ambiente.
Actualmente existe mucha intermediación en el reciclaje, lo
que no permite pagar un precio justo al reciclador de a pie, principalmente
porque los residuos sólidos, al hacer “largos viajes”, aumentan sus costos.
“En el reciclaje hay mucha intermediación, poniendo una
brecha muy amplia entre el precio que recibe el que recicla directamente y el
que entrega a la industria”, comentó el gerente de Recíclame, organización que
promueve el reciclaje en el país.
Dijo que en los casos del papel y del metal chatarra, el
precio se duplica entre el primer y último punto del reciclado.
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